Hoy me regalaron un tomate en medio de un concierto. La acidez tomatosa es deliciosa para disfrutar de la música de orquesta. Ni qué decir que me encantó ese rojo detalle, crecido en las afueras de una biblioteca. Ah, y lo acompañé con un poco de azúcar.
-No me puedo quedar,tengo cosas que hacer. -Si te quedas, te regalo...un tomate.
Me quedé.
-No me puedo quedar,tengo cosas que hacer. -Si te quedas, te regalo...un tomate.
Me quedé.
Etiquetas: La vie en rose
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