Regreso
El día empezó con un cigarro y dos tazas de café. Más tarde una visita infructuosa y una amiga que me ignoró todo el día. Quizá no fue su día. Más tarde un atercia de cheladas para agonizar. Me alegró ver a mis amigos y sentirnos idiotos colectivamente. Tarde lluviosa, me salté una comida y al anochecer mi hambre no llegaba.
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